jueves, 17 de abril de 2014

Nueva York se viste de primavera.

Entre la añoranza del verano y los residuos del invierno, las calles neoyorkinas se han empezado a vestir con flores, el ánimo de los transeúntes está dejando su lado más gris y todo va alistándose para por fin recibir al verano. 









En Bryant Park, a solo cuadras del bullicio de Times Square, se abrieron espacios para solo dedicarse a leer. 




sábado, 29 de marzo de 2014

San Francisco.

Estuve una semana conociendo San Francisco, California, y ahora recomiendo, a quien no haya ido, que vaya a visitarlo. Estas son mis razones:

Es una ciudad pro-bicicleta.   
La ciudad está diseñada para aprovechar la bicicleta como un medio importante de transporte: tiene vías dedicadas exclusivamente para su tránsito, hay muchas tiendas donde las alquilan, existe la cultura de su buen uso entre los ciudadanos y turistas, e incluso el ferry está adaptado para facilitar su movilidad.



¡No muy tranquila, pero pasé el Golden Gate en bici!




Es una ciudad incluyente.

Castro es el barrio tradicional gay y resulta muy placentero sentir que acá no hay lío con las diferencias. Y así como Castro, la ciudad cuenta con espacios que dan la bienvenida a todas las personalidades. Aunque para muchos esto parezca algo básico hoy en día,  hace falta verlo con otros lentes para darse cuenta que todavía resulta ser todo un lujo.



Es una ciudad que rinde tributo a la libertad. 

La cárcel de Alcatráz está cerrada desde 1963, pero es un plan ir a visitarla. Durante el recorrido se usa una audioguía, se reviven las situaciones inhumanas que transcurrieron allí con los presos, los criminales más temidos de Estados Unidos. Luego de recorrer sus instalaciones, ver la libertad de San Francisco al otro lado del mar y pasar un par de horas de encierro voluntario en la isla, se duplica el placer por la libertad. 







Es California y el vino es el rey. 
¡A solo una hora está Napa Valley y allí el Cabernet Saugvinon es quien manda! Una de las mejores producciones de este vino está en este rincón del planeta. Hay visitas a los viñedos que incluyen catas para todos los presupuestos. Una experiencia deliciosa.










Por Fishermans Wharf.
Porque es un sitio turístico clásico. En la bahía, este corredor atestado de casetas con comida de mar es una mezla de colores, aromas, formas y novedades, que se mezclan con turistas y residentes. Al fondo se divisa el mar azul salpicado de botes blancos, algunos días bajo un cielo azul y otros bajo la famosa neblina que cubre la ciudad. 






Por Pier 39. 
Porque se pueden pasar largas horas viendo cientos de focas que pelean, juegan, gritan, salpican y ¡no paran de moverse!  Frente a esta imagen de naturaleza, contrasta la ciudad clásica de edificios y vida urbana.




Porque es una ciudad que le apuesta a la ecología con orgullo. 
Hace poco leí que San Francisco dejaría de vender agua embotellada y a cambio, la sugerencia era que cada persona llevara su propio empaque que podría rellenar con agua en las estaciones que se pondrían a lo largo de la ciudad. Da alivio pensar en la cantidad de plástico que dejará de ponérsele al planeta encima, y ¡me da afán de hacer algo para eliminar las botellas plásticas en mi casa ya!

La ciudad también cobra por las bolsas plásticas en los supermercados, una medida que obliga a llevar su propio método de empaque reutilizable, si no quiere que de mercado en mercado y centavo en centavo, se le vaya innecesariamente una buena parte de dinero. 

Y hay tiendas como esta, que me encantaron: cada quien va con sus tarros de jabón de manos, shampoo, detergente, crema de manos o lo que sea, y los vuelve a llenar aquí, sin necesidad de comprar y comprar productos cada vez y de hacer de la casa un altar al plástico. 


Sin duda, la lista de cosas positivas acá no termina: los museos, el Golden Gate Park, el amor a los perros -sobre todo a los "sin raza"-, china Town, el transporte y en fin... La recomendación es ir a vivirlo.  


Puntos negativos: es una ciudad costosa (hospedaje, comida, distracciones), el barrio donde se hospede define radicalmente su experiencia como turista, y es triste encontrar un alto número de habitantes de la calle. 

lunes, 24 de febrero de 2014

De vuelta al frío.


Escapé por tres semanas del invierno del norte. Venía preparada para encontrarme otra vez con el frío polar que golpeaba la zona, pero resultó que me recibió el día con el mejor clima de lo que lleva el año y ¡qué calor que se sentía en medio de lo que queda acumulado de nieve!



viernes, 22 de junio de 2012

A life that matters


Ready or not, some day it will come to an end.
There will be no more sunrises, no minutes, hours or days.
All the things you collected, whether treasured or forgotten,
Will be passed to someone else.

Your wealth, fame and temporal power will shrivel to irrelevance.
Your grudges, resentments, frustrations and jealousies will finally disappear.
So, too, your hopes, ambitions, plans, to-do-list will expire.
The wins and losses that once seemed so important will fade away.

It won't matter where you came from,
Or on what side of the tracks you live at the end.
It won't matter whether you were beautiful or brilliant.
Even your gender and skin color will be irrelevant.

So what will matter?
How will the value of your days be measured?
What will matter is not what you bought,
BUT HOW YOU BUILT.
Not what you got,
But WHAT YOU GAVE.

What will matter is not your success, but YOUR SIGNIFICANCE.
What will matter is not what you learned, but what YOU TAUGHT.
What will matter is every act of integrity, compassion, courage,
Or sacrifice that will enrich, empower, or encourage others
To emulate your example.

What will matter is not your competence, but YOUR CHARACTER.
What will matter is not how many people you knew.
But how many will feel a LASTING LOSS WHEN YOU'RE GONE.
What will matter is
HOW LONG YOU WILL BE REMEMBERED,

BY WHOM AND FOR WHAT.

Living a life that matters doesn't happen by accident.
It's not a matter of circumstance but of CHOICE.
Choose to live a life that matters.

The Beautiful Truth.

domingo, 15 de abril de 2012

Del mundo con amor


1. Se ganó la lotería para obtener la residencia en Estados Unidos y no lo pensó: viajó de Senegal para instalarse en Nueva York hace tres meses. A sus 30 años, ahora vive en Brooklyn donde comparte casa con tres personas más, trabaja en un restaurante como lavador de platos y asiste a la escuela para aprender inglés que todavía le sabe a a francés. Lo afecta su nueva rutina, la soledad, la dureza de la capital del mundo y la espera de diez años para traer a su familia. Pero acá está, la mayoría de las personas de su país quieren tener una oportunidad como ésta, así que él no está dispuesto a dejarla pasar.

2. Su más reciente logro obtenido fue dar un concierto de ópera en Rusia. Viene de algún lugar de Europa, es alto, rubio, atlético y guarda el prototipo de galán clásico, que se rompe en el preciso instante en que habla y le cede el protagonismo a su inteligencia y sensibilidad artística. Ahora busca estudiar artes en Nueva York y seguir cantando. 

3. Es francesa, tiene casi 40 años y viene de una familia promedio. Aprendió diez idiomas, algunos por placer y otros por trabajo. Inicialmente vivió en Estados Unidos, luego en Suiza, más tarde en Alemania y acaba de regresar a su punto de partida. Busca un trabajo en marketing que le haga justicia: pagándole lo que de verdad vale su conocimiento y dándole la posibilidad de viajar. ¿Vivir, acaso, no es tener la dicha de estar en contacto con el mundo?

Las historias que me inspiraron esta semana.