martes, 5 de abril de 2011

Japón

Una grulla hecha en origami me quedó como recuerdo del sábado pasado en la jornada de recolección de donaciones para los damnificados del Japón, luego de por el terremoto y el tsunami ocurridos el 11 de marzo de este año.

Cumpliendo citas en algunos de los lugares más concurridos de la ciudad como Times Square o Union Square, los japoneses armados con una sonrisa más fácil que el normal de los días, se preocuparon tanto por recolectar dinero y mensajes para llevar a su país, como por dejar un poquito de lo que son ellos, que más allá de la música, de las presentaciones clásicas de su país, de los recuerdos de origami para los participantes, es la muestra de la unidad, la rapidez y la organización.

Cada día luego de su tragedia ha dejado enseñanza tras enseñanza para otras partes del mundo y quisiera pensar que en especial para Latinoamérica.



Veo mi grulla todos los días y me acuerdo que es una especie en vía de extinción.