Entre la añoranza del verano y los residuos del invierno, las calles neoyorkinas se han empezado a vestir con flores, el ánimo de los transeúntes está dejando su lado más gris y todo va alistándose para por fin recibir al verano.
En Bryant Park, a solo cuadras del bullicio de Times Square, se abrieron espacios para solo dedicarse a leer.